Qué es la meditación para mi

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Para mi la meditación es un estilo de vida, porque conforme más profundizas en el milagro de este momento tal cuál es, te vas liberando de los juicios e ideas que tenías sobre ti y el mundo que te rodea, entonces te abres a una realidad completamente diferente que siempre estuvo aquí. Es refrescante y a la vez clarificadora, te da libertad y confianza.

En si la meditación es un espacio de tiempo en el que cortamos con el modo automático de nuestra mente para aterrizar en el momento presente, dice Mario Alonso Puig que es contra intuitiva, y en verdad lo es, yo la percibo como una locura sumamente sutil, porque te sientas y tienes que ir en contra de todo lo que crees que deberías hacer, pero a la vez también dejas de estar a favor de lo otro.

Vas desdibujando la línea que separa tu visión dualista del mundo. Así que es aparentemente fácil, pero simultáneamente muy difícil.

 Lo único que tienes que hacer es dejar de hacer algo, la forma en la que lo hacemos es con una instrucción muy sencilla: solo observa tu respiración

—sin modificarla haciéndola más profunda—siente el aire como entra y sale por tus pulmones y en ese acto realizado conscientemente vas a encontrar todo lo que estás buscando.

El problema y por lo que existen miles de libros y enseñanzas al respecto es que nuestra mente está condicionada a lo contrario: a dar explicaciones, controlar, aferrarse a expectativas de como debe ser, sentirse y lo que vas a lograr.

Te repito es una práctica sumamente contra intuitiva o por lo menos contra intuitiva al condicionamiento erróneo de la mente porque a final de cuentas al meditar estamos permitiendo que se exprese nuestra naturaleza, que está escondida debajo de tus sueños, personalidad, gustos y aversiones.

Solo cuando cruzas el umbral de tu mente, te encuentras con La Realidad Última, que no es más que la sencillez de este momento.

Surge una nueva pregunta ¿y por qué meditar si termina siendo tan enredoso? Porque la mente está tan hundida en el lodo de la ignorancia—con esto me refiero a que está confundida por pensamientos y creencias limitantes—que le es imposible ver las cosas como son y vivir una vida plena.

Todos los días consumimos toneladas de información que nos asedian de todas partes: internet, redes sociales, amistades y familia. Buscando ser, mejorar, soltar, sanar, evolucionar, trascender, experimentar, siempre hay algo que queremos, cuando no estamos haciendo nada porque nos hipnotiza el placer del entretenimiento, nos sentimos ilusoriamente plenos porque desaparece ese grillito de la falsa conciencia que nos está diciendo todo el tiempo las faltas que cometemos, el problema está en que estos placeres no son eternos.

Los orgasmos duran tan solo unos segundos, las películas noventa minutos y las series de Netflix una docena de capítulos.

Es momento de despertar de esta falsa ilusión, de cambiar la búsqueda por el encuentro y abrirnos a poder Estar presentes a cada momento, también suena sencillo pero es un hábito que generamos cada vez que nos sentamos a meditar, por eso es tan importante.

No es fácil, no es de un día para otro, no hay muchas personas que lo vayan a intentar, pero vale la pena. Por eso es que cada mañana me despierto de madrugada a meditar, por eso es que me dedico a compartir meditación con la gente, por eso es que a pesar de las miles de crisis—desilusiones, resistencia, ansiedad, miedo—con las que me encuentro dentro y fuera de la práctica sigo confiando cada día en que es aquí donde debo estar.

Si te sientes llamadx a intentarlo escríbeme, estaré encantado de acompañarte en tu Caminar.

Caldero de sentimientos

RECETA PARA CREAR UN SER HUMANO

Sal al bosque, recolecta leña, ponla sobre el fogón y enciéndela.

Aviva la llama hasta que arda al rojo vivo. Sobre ella coloca el caldero, vierte agua y añade los ingredientes: felicidad, enojo, lujuria, castidad, odio, amor, alegría, tristeza, honestidad, perversión.

Deja que hierva, mientras revuelves en círculos la mezcla. Pasados quince minutos, retira el brebaje del fuego y permite enfriar.

HOY TE ESCRIBO CON FRANQUEZA 

Querido lector, después de pasar la tarde viendo películas, evitando la hora de escribir porque sabía que sería una explosión emocional, me encuentro aquí, enfrentando el clímax de mis sentimientos.

¿Qué siento?

El caldo de emociones girando en mi interior, un vórtice difícil de digerir, con el cuál sé que tú también te has topado. Uno de los aspectos más bellos y dolorosos de crecer, es enfrentarse a la Pócima Sagrada. La Caja de Pandora. Más fácil: Lo que somos.

Me parece que (casi) todos compartimos una misma misión de vida, que es trabajar arduamente por ser la mejor versión de nosotros. Yo prefiero llamarle, evolucionar hasta ser puros.

Para poder llegar a ello, necesitamos enfrentarnos a una odisea, como el épico héroe de Homero, Ulises.

LA ODISEA MODERNA

Partiremos del hogar, nuestra zona de confort, lo que conocemos, hacia mundos desconocidos, donde combatiremos contra cíclopes, brujas, mercenarios y dioses que parecerán imposibles de vencer.

En ocasiones cometeremos errores, fallaremos, nos caeremos y sentiremos como mierda, pero estos son regalos que nos da la vida para templar el espíritu. Porque harán que apretemos los dientes, tensemos los músculos y nos levantemos llenos de lodo, para volver a intentarlo y continuar con nuestro camino.

Se nos prometió una gran recompensa al final del camino, el regreso a casa, con la gloria y libertad de haber sido capaces de vencer todos los retos que se nos pusieron enfrente, pero también una vez que subimos al barco, no hay vuelta atrás, no podemos arrepentirnos, porque simplemente desaparece la zona de confort a la cual queremos regresar.

Hay gente que da los primeros pasos, pero cuando se encuentra con un oponente que los derrota, deciden sucumbir en su búsqueda y tomar el camino fácil, evadir sus responsabilidades hacia ellos mismos y acoger una vida plana.

El universo posee un sistema magnífico de recompensas o castigos, karma, así que cuando una persona sale del barco, por un tiempo todo va bien, hasta que regresa la vida a reclamar lo que es suyo y encara en una situación peor que la anterior, para que cumpla con su promesa.

BELLO DESTINO QUE HE ELEGIDO

Conscientemente elegí meses atrás comprometerme conmigo mismo para alcanzar la cumbre de mi existencia. Sin días de descanso, ni evasiones. Me ha costado mantenerme, han habido situaciones que me derrumban, que provocan que me esconda debajo de una cobija a esperar a que todo pase.

Pero señorxs, yo hice un compromiso de sangre conmigo mismo y por más que me quiera dejar desmoronar, una parte de mí está siempre firme al juramento y se levanta. Se para frente a los miedos aunque sienta que va a morir en el intento. Me entrego al dolor, abro heridas ancestrales y las limpio.

Esta semana en específico abrí la Caja de Pandora, sentí que me moría, quería abandonar el juego, por un momento pensé que si iba a huir, pero mi Ser Superior salió al quite y me recordó mi misión. Gracias a Él sigo en píe, renovado y listo para la siguiente pelea.

LUCHEN CONTRA SU PEOR ENEMIGO

Queridos, luchen contra su peor enemigo: Ustedes mismos. Es el mejor antídoto para liberarse de todas las barreras, así llegaran a ser genuinamente felices.

Sé que el camino puede parecer oscuro e imposible, pero tengan FE en que son capaces de superar todo lo que se les presenta, cuando piensen o sientan que no pueden, pidan ayuda a su Dios, seres superiores, familia, amigos, a mí.

Siempre tienen a un ser dispuesto a ayudarlos.

 

¿Qué es una despedida?

La última vez que la vio fue en el parque donde se conocieron y su relación proliferó, ese lugar donde niños y adultos asisten a olvidar el ajetreo diario, en el que una pareja descubrió el significado de la palabra amor. El mismo en que dijeron adiós y sus caminos fueron separados para nunca más unirse.

Al pensar en despedidas siempre imagino esa escena dramática, en la que el paisaje es lúgubre, está lloviendo y todos lloran. Cada vez que he tenido que partir o dejar ir a una persona, busco recrear un momento así, porque pienso que ese recuerdo se queda impreso en la memoria.

He dejado de hacerlo, porque también me he dado cuenta que esas despedidas solo ocurren en situaciones muy especiales y cuando se está abierto a lo que el momento tenga para darnos. Muchas veces intenté forzar estos desenlaces y solo terminé con un vacío mayor al de la despedida.

Pero ¿Qué es una despedida? ¿El simple hecho de decir adiós? ¿Un último abrazo? O más romántico tal vez ¿Un último beso?

Mi conclusión es que solo son símbolos que expresan algo mayor: La separación de dos—aunque fuera un grupo de personas, extrañas a cada una por su valor individual—personas, que probablemente no se vayan a volver a encontrar, o por lo menos no en la misma situación que en ese específico momento.

Es la ruptura de una relación fuerte, que genera dolor y un síndrome de abstinencia—porque extrañar a alguien no es más que añorar volver a estar unidos—, a pesar de que en ocasiones la causa de la separación sea por el bien de ambos.

Nostalgia, eso siento al pensar en me voy, tal vez sean solo unos meses, o años, o toda una vida. Eso solo lo va a dictar el destino, pero sé que a pesar de que regrese y todo esté “igual”, yo no seré el mismo y me duele pensar en extrañar lo que estoy viviendo ahorita, que en parte no estoy sabiendo apreciar.

Porque siempre sabe mejor la melancolía del pasado, que la realidad de lo que viviste en ese momento específico. Todos tenemos que partir alguna vez, en un ciclo natural del ser humano, es como crecemos y nos desarrollamos de manera honesta, porque solo con la valentía de decir adiós podemos dar la bienvenida a nuevas experiencias.

 

 

 

 

¿Cómo vivir el cambio?

Una imagen dice más que mil palabras, pero ¿qué tal que un conjunto de palabras expresan más que un millón de sentimientos? Retóricas mentales para el día a día.

Día a día. Hora por hora. Año por año. Todo tiene un orden, coherencia, distancia y peso. Hasta las benditas palabras. Malditas también.

Los cambios llegan, las estaciones se modifican y por más que disfrute del verano y quiera vivir eternamente con traje de baño, me será imposible—O bastante complicado. Cuando esté nevando.

¿Cómo vivir el cambio?

Dejándome llevar como la montaña rusa que desciende a toda velocidad por una pendiente en que sentiré vértigo subir por la garganta y unas incontrolables ganas de gritar. ¿De qué serviría reprimir la emoción y esconderme por miedo? 

De nada.

Mejor abro los brazos y preparo los pulmones para emitir el más fuerte grito de éxtasis nunca antes experimentado.

En unas semanas termino la universidad, cuatro años de asistir a clases para que al culminar el periodo me formara como un profesionista de calidad. Después de tanto podré llamarme Licenciado en Comunicación Audiovisual. Se escucha lindo escribirlo.

Para serles sincero NUNCA de los nuncas, pensé que fuera a llegar a su final. Desde el día uno desee acabar, ahora que me encuentro a poco tiempo—Sigo añorándolo con todo mi ser. Pero también tengo mucho miedo. Me cae el veinte de que no solo dejo de ir a la escuela, sino que también dejo de ser un niño.

Me voy a vivir a San Cristóbal de las Casas, Chiapas. ¿Por qué? Esa es una buena pregunta. En primera porque mi intuición eligió ese lugar, segundo, que quiero estar en un lugar rodeado de naturaleza, cultura y más que nada lejos de Guadalajara.

Quiero descubrir quién es Salvador González debajo de todo este bagaje aprendido. Quiero independizarme y demostrarme que soy capaz de salir adelante por mi cuenta. Quiero enfrentar el miedo de estar solo en un lugar desconocido y sin las facilidades habituales. En resumidas cuentas quiero sumergirme en el mundo real.

Una parte de mí está muy emocionada, mientras que otra—La oscura que a veces gana. Se muere de miedo y lo que más quisiera es quedarse aquí a lo cómodo, “tranquilo” y seguro. PERO eso no pasará, porque es mayor mi deseo por superarme.

Sé que me enfrentaré a un sinfín de situaciones difíciles. Que habrán días en que no querré salir de la cama. Que me sentiré solo y extrañaré a toda la gente que dejo atrás.

Pero me mueve más el saber que si acepto este periodo de cambio y logro mi cometido, voy a obtener mucha más confianza en mis capacidades y seré un hombre—Ya no un niño mimado. Orgulloso de su fuerza y voluntad.

En las próximas entradas les seguiré actualizando mi situación de vida, para que sepan que tan bien—o mal. Me encuentro.

Buenas vibras queridos lectores,

 

Salvador González.

¿Cuál es tú misión de vida?

Antes de escribir siempre siento un piquete de ansiedad en el estómago, es un, ¿Estarán mis manos a la altura de lo que quiero expresar? ¿Podré ser un transmisor de arte que valga la pena?

He tenido unos diálogos interesantes con A., un gran amigo y productor musical, me dijo unas palabras que resuenan en mi interior:

“El artista es aquella persona que funge como antena de Dios para plasmar divinidad.”

Es una aseveración que me explota la mente,  porque cambia por completo la percepción que tengo del artista súper-estrella, egocéntrico, que posee una genialidad que hace que la gente le admire.

Polariza la percepción del artista, le cambia por completo el sentido y me hace pensar que un artista es una persona que debe tener una humildad del tamaño del mundo para agachar la cabeza y permitir que la energía divina se manifieste como deba ser y no como el quisiera que fuera.

Esto aplica para cualquier profesión, Sofía, mi amiga tica (costarricense), con quien escribí, “Azulejo, azulado“, me contó que en cierto punto de su vida, ella tomó la decisión de dejar de preocuparse por el futuro y el desenvolvimiento de su existencia, de tal manera que se entregó al plan que Dios/Gran Espíritu/Ser Universal tenía escrito para ella.

A partir de entonces su vida comenzó a fluir de una forma completamente distinta, porque ya no encontraba las barreras y miedos de antes, tan solo actúa con la intuición de quien sabe que va por el camino correcto.

Todos tenemos una misión específica en ésta vida, lo mejor que podemos hacer es dedicarnos a ella sin importar los juicios ajenos ni el miedo a fracasar.

Me entrego a ser antena, que las palabras que plasmo se conviertan en expresión de lo universal, con el único propósito de ser luz para los ojos de lxs que las lean.

Querido lector/a te invito a que te sientes tranquilamente y pienses en ¿Cuál es tú misión en el mundo? Independientemente de lo que creas que es mejor para ti, sé sincero contigo mismx y sigue tu mayor anhelo. No prives al mundo de la magia de quien eres.

Si te latió el post y quieres comentar algo, escríbeme, me encanta leer lo que sientes o has pensado.

 

El poder de las palabras

Un sabio amigo una vez me dijo,”Las palabras son hechizos, con los que vas creando tu realidad”, en su momento se me hizo interesante, pero con el paso de los años cada día ha cobrado más sentido esa frase. Uno de los aprendizajes más grandes de mi vida ha sido:

La importancia de la palabra.

Te puedes dar cuenta de quién es una persona por su diálogo, si prestas la suficiente atención encontrarás el subtexto que se esconde bajo la superficialidad, por ejemplo:

“Prefiero estar solo, odio a la gente, si por mi fuera nunca saldría de mi cueva”. Expresa un miedo gigante a ser rechazado por la sociedad.

 

Las palabras funcionan primero que nada, para exponer los miedos que se quieren ocultar, segundo, decretan la manera en la que quiero que se rija mi vida y tercero llenan de veneno a la gente que me escucha.

Utiliza con sabiduría tus palabras, cambia las oraciones negativas a positivas, habla cuando te nazca y no para llenar espacios. Es terrible la tensión que se genera por el silencio  entre dos personas que no tienen tema de conversación, pero me parece todavía peor hablar al azar para cubrir el vacío.

Últimamente hablo menos, observo y escucho más, lo cual me hace encontrar maestros en todas partes, cada persona me deja algo de sí mismo con su conversación y también cuando me nace platicar mis palabras tienen mayor poder y repercusión en quien está frente a mí.

Te invito a que observes la manera en la que hablas, si dices muchas cosas negativas o malas palabras, si tus temas de conversación son superficiales o llenos de aprendizaje, al igual que escuchar a tu gente más cercana e intentar descifrar lo que realmente necesitan y verás como vas a generar un gran cambio a partir de pequeñas acciones.

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Madurar duele, acéptalo y crecerás

La llegada del invierno marca el marchitar de la temporada, como el desvanecer de un sólido que se queda sin esencia, las hojas se deslizan secas bajo la fuerza de un viento que las lleva a un destino incierto.

El ser humano también experimenta dentro de si un cambio de estaciones.  El niño no sabe el dolor de la madurez, pero cuando llega el momento de hacer la transición, se le presentan dos opciones: aceptar el cambio o perecer. Si decide acceder, debe entregarse al sufrimiento que trae consigo la transformación; en cambio si decide negarlo, no significa que físicamente va a morir, más bien es entregar su espíritu como sacrificio para “salvar” su comodidad.

Nadie sabe que es lo que le espera del otro lado, el joven se retuerce de miedo al pensar en los demonios que va a encontrar al cruzar el río. Los que ya lo han cruzado lo exhortan a ser fuerte y entregarse a la evolución de consciencia. Mientras que aquellos que renegaron al crecimiento, lo asustan y maldicen su camino, porque el joven tiene el corazón suficiente para dar el siguiente paso.

El muchacho se sienta a esperar la llegada del invierno, observa su reloj con impaciencia mientras en su interior siente el consumir de su antigua persona, las hormigas del cambio extinguen lo mundano. Vuelve a mirar el reloj, tan solo unos cuantos segundos han transcurrido, “¿Cuándo llegará el final?”, se pregunta. Aparece un maestro, tiene la cabeza rapada y una barba blanca como la nieve, su mirada seria se esconde detrás de los anteojos. Lo observa con seriedad y extiende su mano para ayudarle a levantarse.

Lo primero que le enseña es a trabajar en si mismo, lo siguiente a ser paciente,

“Cada persona tiene su tiempo, no intentes acelerar el tuyo, fluye de manera orgánica”, le dice con su dura voz.

El chico quiere entender, desea con todo su corazón imitar al maestro a quien ama por haberle salvado, pero no puede entenderlo porque está del otro lado. Logra ver el premio a la distancia, pero por más que brasea a través de las densas aguas de la existencia, no llega a su destino.

Un golpe con el bastón, el muchacho se soba la cabeza y reclama.

“Deja de fantasear, mata la mente”, replica el maestro, “No pienses en la meta, vive tú camino y recoge los nutrientes que necesitas para fortalecerte, esto tan solo ha comenzado”.

El joven se abruma y llora con desesperación, se siente incomprendido, abandonado y débil, pero tiene fe en su maestro y eso le hace creer en si mismo también.

Se levanta y continúa con su camino, sabe que caerá, comprende que será difícil, pero nunca más vuelve a dudar de su capacidad.

Si te gusto comenta, comparte y cuenta tu historia.

 

Mexicanos con “M” mayúscula, porque somos grandes

Hace una semana redacté un un ensayo para mi clase de Geopolítica, en el que tenía que expresar mi postura ante considerar a México como un Estado Fallido, en mi reflexión mencioné aspectos como: desigualdad, corrupción y narcotráfico, afirmando que estábamos fallando como nación, pero que:

Tal vez todo lo negativo que se nos presentaba era para que tocáramos fondo y eso nos motivara a trabajar para salir adelante.

Siempre he pensado que nuestro problema es que tenemos una sociedad basada en el individualismo y eso fácilmente se expresa en dichos populares como: “El que no tranza no avanza”, “Para que haya un gandalla siempre se necesita un güey que se deje”, y más frases que ejemplifican la necesidad de desenvolverse en un ambiente “hostil”.

Siempre he pensado que la mejor solución es:  Generar un sentimiento de comunidad entre los ciudadanos, no estimaba que fuera posible (en tan corto tiempo),  pero admito que me quedé sin palabras ante el sismo del 19 de septiembre, ya que a pesar de la terrible catástrofe, ocurrió un milagro;  la gente se movilizó para ayudar y sacar adelante la situación.

Todo mexicano, aunque no estuviera involucrado directamente con el desastre desarrolló empatía por el prójimo, abrió su corazón y rompió con las barreras que nos separan entre clases sociales. Ante la crisis todos nos convertimos en hermanos. Ayudar se transformó en una necesidad interna, nos convertimos en una gran comunidad.

Mexicanos que han donado víveres y herramientas para el rescate, Mexicanos que abrieron la puerta de sus casas a otros hermanos, Mexicanos que dejaron todo para acudir a las zonas críticas para ayudar a remover escombros y salvar personas.

Mexicanos con “M” mayúscula, porque somos grandes, no solo en nuestras acciones, sino en el corazón.

Que éste evento pase a la historia no solo como un evento desastroso, sino también como el inicio de una nueva era para México, en que el individualismo se extinguió para dar comienzo a una etapa de compañerismo, donde todos somos comunidad y velamos por el bien común. En la cual crecer significa ayudar al otro a subir los escalones del desarrollo.

¡Gracias Mexicanos! #FuerzaMéxico

¿Por qué nos da miedo ser reales?

Hay una escultura bellísima, todos la elogian por la suavidad de sus lineas, por la fineza de su material y la propuesta innovadora que emana. Hasta que encuentran un defecto. Es un simple detalle, pero excavan tanto que  llegan a la conclusión de que toda la obra es una porquería. Todo por esa nimiedad.

Ahora imagina que esa escultura es una persona, que trabaja su apariencia para ser perfecta a los ojos de los demás, pero un día la gente descubre que tiene algo que no cuadra con esa perfección (claramente aparente) y es juzgada de ser un fraude.

La realidad es que desde un principio no fue real, porque buscar agradar al otro es modificar lo que uno es, para ser del gusto común y claro siempre habrá algo que desagrade y desenmascare la mentira.

¿Por qué nos da tanto miedo ser reales?

¿Acaso la opinión pública nos va a partir por la mitad?

Nos asustan tanto los juicios, que somos capaces de cambiar todo lo que somos para encajar en la sociedad. Al grado que hacemos cosas que odiamos para ser aceptados. Fingimos ser como los demás para que nos quieran. Hablamos como el de al lado para no estar solos. Nos abandonamos para ser amados, pero es imposible que nos amen si somos una mentira.

Nadie nos puede privar de lo que somos más que nosotros mismos.

Las palabras son invisibles, dentro de nosotros está siempre la posibilidad de hacerlas flechas que penetren y destruyan o negarles el paso a nuestro corazón.

El rechazo duele, lastima y  nos asusta, pero duele más pretender ser algo que no somos para quedar bien frente a los demás.

Queridx lectorx, te invito a dejar de esculpir una belleza externa que esté vacía en las entrañas. Trabaja por ser real, da el clavado a tu interior y encuentra lo que te hace ser únicx. No dejes que los juicios te devoren, tú eres más fuerte.  

La persona más hermosa es aquella que se acepta tal cual es.

 

 

Vive tu vida como necesites vivirla

Imagina que caminas por una brecha de tierra, tus zapatos empolvados, las piernas cansadas de tanto caminar, lo único que te mantiene es la esperanza de llegar a un maravilloso destino.

Después de mucho andar llegas ante una disyuntiva, en la que puedes tomar cualquiera de los dos senderos:

El de la izquierda, te dará riquezas y alegría inmediata; vas a ser el rey de lo mundano, poderoso e invencible. La gente te va a respetar por tu fama y posesiones, pero el sacrificio que deberás hacer, es abandonar tu esencia, lo que realmente quisieras ser.

Por otro lado, en el camino de la derecha, te anticipo que vas a  sufrir. El trayecto va a estar lleno de pruebas que te van a hacer sentir impotente e incapaz de seguir adelante. La recompensa será que al final vas a experimentar un estado de plenitud que creías imposible, pero a cambio serás un rebelde contra el sistema y tus posesiones materiales van a ser mínimas.

¿Cuál de las dos opciones escogerías?

La izquierda tiene más atractivo a primera vista, porque tendrás los lujos que toda estrella del cine tiene, pero a cambio vas a  perder la esencia que te define y eso es lo peor que le puede pasar a alguien, porque después de todo te das cuenta que no hay una cantidad de dinero suficiente para hacerte feliz.

Yendo por la derecha aceptas renunciar a lo mundano, sé que es difícil de visualizar y todavía más de realizar, en parte porque la gente rechaza a los que no tienen éxito en lo material, pero piensa esto:

¿Qué te va a importar, si vas a sentirte feliz hasta la raíz?

La verdadera riqueza se encuentra en lo invisible a los ojos, recuerda que nada es permanente.

Que quede clara una cosa: No estoy hablando de que tienes que convertirte en un mártir o un monje sin pertenencias, mejor aún, lo que digo es que te transformes en una persona que elimina de su vida lo que no le sirve y con esto aprende a vivir con lo poco que le hace sentir feliz.

Vive tu vida como necesites vivirla, deja a un lado las opiniones de terceros, solo tú sabes lo que te hace feliz.

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