Qué es la meditación para mi

Featured

Para mi la meditación es un estilo de vida, porque conforme más profundizas en el milagro de este momento tal cuál es, te vas liberando de los juicios e ideas que tenías sobre ti y el mundo que te rodea, entonces te abres a una realidad completamente diferente que siempre estuvo aquí. Es refrescante y a la vez clarificadora, te da libertad y confianza.

En si la meditación es un espacio de tiempo en el que cortamos con el modo automático de nuestra mente para aterrizar en el momento presente, dice Mario Alonso Puig que es contra intuitiva, y en verdad lo es, yo la percibo como una locura sumamente sutil, porque te sientas y tienes que ir en contra de todo lo que crees que deberías hacer, pero a la vez también dejas de estar a favor de lo otro.

Vas desdibujando la línea que separa tu visión dualista del mundo. Así que es aparentemente fácil, pero simultáneamente muy difícil.

 Lo único que tienes que hacer es dejar de hacer algo, la forma en la que lo hacemos es con una instrucción muy sencilla: solo observa tu respiración

—sin modificarla haciéndola más profunda—siente el aire como entra y sale por tus pulmones y en ese acto realizado conscientemente vas a encontrar todo lo que estás buscando.

El problema y por lo que existen miles de libros y enseñanzas al respecto es que nuestra mente está condicionada a lo contrario: a dar explicaciones, controlar, aferrarse a expectativas de como debe ser, sentirse y lo que vas a lograr.

Te repito es una práctica sumamente contra intuitiva o por lo menos contra intuitiva al condicionamiento erróneo de la mente porque a final de cuentas al meditar estamos permitiendo que se exprese nuestra naturaleza, que está escondida debajo de tus sueños, personalidad, gustos y aversiones.

Solo cuando cruzas el umbral de tu mente, te encuentras con La Realidad Última, que no es más que la sencillez de este momento.

Surge una nueva pregunta ¿y por qué meditar si termina siendo tan enredoso? Porque la mente está tan hundida en el lodo de la ignorancia—con esto me refiero a que está confundida por pensamientos y creencias limitantes—que le es imposible ver las cosas como son y vivir una vida plena.

Todos los días consumimos toneladas de información que nos asedian de todas partes: internet, redes sociales, amistades y familia. Buscando ser, mejorar, soltar, sanar, evolucionar, trascender, experimentar, siempre hay algo que queremos, cuando no estamos haciendo nada porque nos hipnotiza el placer del entretenimiento, nos sentimos ilusoriamente plenos porque desaparece ese grillito de la falsa conciencia que nos está diciendo todo el tiempo las faltas que cometemos, el problema está en que estos placeres no son eternos.

Los orgasmos duran tan solo unos segundos, las películas noventa minutos y las series de Netflix una docena de capítulos.

Es momento de despertar de esta falsa ilusión, de cambiar la búsqueda por el encuentro y abrirnos a poder Estar presentes a cada momento, también suena sencillo pero es un hábito que generamos cada vez que nos sentamos a meditar, por eso es tan importante.

No es fácil, no es de un día para otro, no hay muchas personas que lo vayan a intentar, pero vale la pena. Por eso es que cada mañana me despierto de madrugada a meditar, por eso es que me dedico a compartir meditación con la gente, por eso es que a pesar de las miles de crisis—desilusiones, resistencia, ansiedad, miedo—con las que me encuentro dentro y fuera de la práctica sigo confiando cada día en que es aquí donde debo estar.

Si te sientes llamadx a intentarlo escríbeme, estaré encantado de acompañarte en tu Caminar.

Saltos de Fe

Decisiones que cambian tu vida

Siempre he admirado la biografía de quienes han tenido éxito en su vida, porque hay un punto que separa el antes y después de estás personas, un clímax que suele manifestarse en la forma de una decisión en la que dejan a un lado su seguridad para aventurarse en el precipicio de lo desconocido.

Como esa escena en un libro de Carlos Castaneda en que Don Juan y Don Genaro brincan desde lo alto de un precipicio al vacío de un Valle, confiando en que volando van a cruzar al otro lado de la realidad.

En toda experiencia de vida de alguien que busca superarse debe encontrarse—forzosamente diría yo—con precipicios que le confrontan por completo, entre quedarse atrás en el mundo conocido de su confort o salir adelante y explorar la vastedad del universo.

Por un lado está la admiración que tengo a estas personas que confían, mientras que por otro un miedo tremendo al momento en que me encuentre con esta situación, que de la misma forma en que lo expreso en el texto pasado, creo que constantemente nos encontramos en la cotidianidad con estas pequeñas pruebas.

Hace poco más de un año estaba de regreso en San Cristóbal de las Casas, harto de la vida citadina decidí regalarme un descanso y aterrizar en el santuario que ya una vez me había refugio. Llegué a vivir a casa de un amigo, además de regresar por una mujer, un amor que intuía se iba a dar y así fue.

En esos meses que estuve allá la pasé increíble, tuve muchas experiencias de todo tipo: temazcales con un Ajq’ij (guía espiritual Maya), encuentros espirituales con las montañas, mucha soledad e irónicamente al mismo tiempo mucha compañía. Lo que me encanta de estar allá es que a diferencia de la ciudad en la cual todos estamos buscando destacar y posicionarnos por encima de otros, en San Cris la gente llega justamente harta de esa perspectiva de vida y en busca de relaciones intimas y libres. Así que simplemente me fui lavando de toda esa costra de hipocresía y prejuicio, para abrirme a Ser yo mismo y compartirme sin limites.

El Precipicio

Como toda historia tuvo que llegar a su fin, y cómo diría su gente, “San Cris o te abraza o te corre” y efectivamente con la partida de la pareja con la que compartí, fue como si todo se cerrara, pero a la vez fue un rito de paso muy fuerte, porque muchas cosas que tenía años postergando para sanar se presentaron como un torbellino que arrasó con todo: amor, amistades y seguridad.

Los 22 Arcanos Mayores del Tarot relatan una historia: el nacimiento del Loco (0) que no sabe que rumbo tomar, hasta llegar a El Mundo (22) la culminación de su caminar que se manifiesta como la unión del Todo, pero para ello primero tiene que pasar por El Juicio (21), representado por los ángeles del firmamento llamando con sus trompetas al despertar de los difuntos.

Ahí me encontraba yo, sumergido en la peor depresión que he experimentado en esta vida, siendo juzgado bajo mis propios actos: no por ángeles ni demonios, sino por el mismo Karma—acción y reacción—de la existencia humana. Todo se me vino encima y no de una forma agradable.

Me ahogaba, recuerdo días en los que deambulaba horas por las calles antiguas de San Cristóbal, contaba cada uno de mis pasos con la esperanza de ser salvado por una mano mágica en el último instante, más no sucedió así. En esos días me encontré con un libro que cambió todo: “On the Path of Enlightenment” (En el camino de la iluminación) de Matthieu Ricard, una antología de las escuelas Tibetanas de Budismo.

Estaba completamente perdido, mareado por la confusión y agotamiento de la depresión, habían días en que lloraba desconsoladamente sin entender el porqué o para qué de mi vida. En ese libro encontré las instrucciones más básicas de meditación, las cuales ya había aprendido años atrás, pero por soberbia no había seguido al pie de la letra.

Fruto de la depresión e historias de los grandes maestros tibetanos, surgió en mi una inspiración que se convirtió en homenaje a Milarepa, el gran santo del Tíbet, quien vivió la mayor parte de su vida en las cuevas de ese territorio desprovisto de alimentos y cobijo, con la meditación como único refugio.

Decidí seguir sus pasos y me concentré en la única tarea de contar mis respiraciones, como mantra, como Salmo a la vida que tenía como misión recuperar. Es una de las técnicas más básicas de meditación y va así:

Lleva toda tu atención a la respiración, sin modificarla, solo contemplando la naturalidad con la que el aire entra y sale por tu cuerpo y cuenta tus respiraciones. Cada vez que inhalas y exhalas cuenta como “1”, el propósito es llegar al “10”, si te distraes o llegas hasta el “10” vuelves a empezar.

El Salto de Fe

Así lo hice una y otra vez, aunque me distraía en el tercer número volvía a intentarlo, la mente amenazada por este acto de rebeldía se intensificaba y buscaba volver a pisotearme, convertirme en víctima, pero hice el salto de fe, decidí confiar en mí, en mí capacidad innata de ser pilar, base, refugio, de mi y para mi. En vez de seguir buscando personas, situaciones o deidades que me brindaran esa seguridad que nunca iba a poder conseguir afuera.

Pasaron meses antes de poder salir del hoyo, pero definitivamente el salvavidas que me liberó de ahogarme fue esta sencilla práctica que me permitió crear confianza en mi mismo. Sin saber que había al otro lado, lanzándome al vacío confié y llegué a la otra orilla del mar, donde siempre estuve yo.

No fue fácil, cada día se convirtió en una prueba viva de esta fe, repetir una y otra vez el ejercicio, por más que no tuviera ganas, o que ya no quisiera seguir creyendo en ello me ponía a hacer mi práctica. Eso se ha convertido en la base de mi Sadhana—práctica espiritual—y de mi vida, porque no hay día en que deje de meditar.

Siguen habiendo bajones, momentos de tristeza y desesperanza—pues claro es ser humano—pero cuando me encuentro en esos agujeros de perdición me recuerdo que la salida empieza con una respiración.

¿Cuál es el salto de fe qué estás llamadx a hacer el día de hoy? Haz un discernimiento analizando los factores que no te han permitido desarrollarte hacia donde deseas ¿qué te está limitando? Contempla si puedes romper con ello y cómo puedes hacerlo.

Si te gusto esté post comenta y comparte.

Ritos de paso

Soy un amante de los rituales, sobre todo de los rituales personales, los que cada quién desarrolla en su vida para darle un sentido y cómo un acto simbólico de transición. Hace unos años leí “El Señor de las moscas” (1975), una cruda novela de William Golding, en la que narra la historia de unos niños que naufragan en una isla y deben desarrollar sus propias normas de convivencia para sobrevivir.

En esta obra hay un gran énfasis en el instinto y los ritos de paso, la historia toma tintes muy violentos, pero remarca la importancia de ciertos ritos para los periodos de maduración del ser humano. Leí también otra obra, “Rey, Guerrero, Mago y Amante” (1991) de Robert L. Moore, donde el autor profundiza en los arquetipos masculinos tanto en su polaridad positiva como negativa. Su tesis principal es que en tiempos modernos a falta de “ritos de iniciación” los hombres—el libro está enfocado en la masculinidad—permanecen con una psicología de niños, infantes.

Estos libros me permitieron profundizar en aspectos de mi psique que tenía guardados en el cajón de lo delicado o frágil, pero que era necesario desempolvar y hacer algo con ellos.

En ese momento tenía 24 años—hace un año aprox.— y me di cuenta que siempre me había sentido débil, inseguro, incapaz de ser independiente y salir adelante por mi cuenta. Duro cuando miras atrás y te das cuenta que tus padres a tu edad ya estaban casados, tenían hijos e independencia económica.

Abro un paréntesis para expresar lo evidente: vivimos en otros tiempos y es un hecho que no es igual de sencillo que antes aspirar a muchos de estos aspectos y la realidad es otra completamente diferente, pero de lo que si me di cuenta—en mi caso particular—es que parte de esta sensación provenía de la falta de “ritos de paso o iniciación”, que son estos eventos que obligan al sujeto a superar un reto difícil para dar paso a una nueva etapa de su vida.

Los podemos observar de forma clara en eventos como: los XV años, Primera Comunión y Bar Mitzvah. Las tradiciones indígenas también poseen ritos de paso, los aspirantes a convertirse en médicos/chamanes deben pasar por pruebas en las que pueden perder la vida para acceder a sus espíritus guías y recibir la iniciación que les permita ser reconocidos por su comunidad como punto de referencia en la salud y espiritualidad.

Son pruebas como consumir una planta de poder—alucinógena—y recorrer la selva o montaña sin comida por días hasta encontrar al espíritu guía/aliado que te va a aportar la iniciación. No me puedo imaginar el choque tan profundo que debe ser para un adolescente salir a la naturaleza y entregar hasta la vida para lograr su objetivo.

Es obvio que se han ido dejando atrás tradiciones como estas con el desarrollo de la civilización porque conllevan un peligro y en realidad no son—no creo que sean—tan necesarias y en realidad estos ritos de paso han tomado otras formas, como hacer algo que te produce inseguridad o miedo sin pedir el apoyo de tus padres o las personas que siempre están para ti.

Porque esos actos aunque puedan parecer insignificantes son una forma de reconocer la fuerza innata que poseemos y nos abren a la experiencia de ser creativos y espontáneos. A reconocernos a través de situaciones en las cuáles nos sentimos como peces fuera del agua.

En mi caso—inconscientemente—constantemente me metía en ritos de paso sumamente intensos y varios de ellos innecesarios, como la vez que consumí Hikuri—Peyote—en San Cristóbal de las Casas, sin avisarle a nadie de mi paradero, ni conocer a las personas con las que iba a compartir ceremonia. Ha sido una de las experiencias más intensas que he vivido hasta ahora, porque esa naturaleza intensa e impulsiva que siempre me ha llevado a intentar cosas nuevas, jugó en mi contra y casi me mata.

Terminé vomitando sangre con la mente echa bolas en lo alto de una montaña, acompañado de un—muy compasivo—israelí quien me estuvo conmigo para no perecer hasta que recuperé un poco la conciencia y pude regresar a casa. Podría decir que fue la peor vivencia, pero me abrió de muchas maneras, ya que al estar lejos de mi familia fui acompañado, cuidado y curado por mis roomies y amigos del trabajo, quienes me enseñaron que la única forma de sanar el alma es siendo vulnerable y confiando en los demás.

Posteriormente cuando hice consciente estos patrones me di cuenta que no tienes que salir a la selva, consumir alucinógenos o luchar contra un león para vivir un rito de pasaje, todos los días nos encontramos con situaciones incómodas que nos invitan a dar el paso, a confiar en nuestros recursos internos y superarnos.

Esa es la maestría del Buda: encontrar el despertar, la iluminación en este momento tal cual es, porque siempre va a haber algo que nos haga sentir inseguros. 

Desde esa confrontación que tienes que tener con una persona para estar en paz, hasta tener la disciplina de hacer ejercicio cuando lo que más quieres es tirarte a ver Netflix con unos nachos.

Si aprendemos a ver estas micro-oportunidades en el día a día seremos capaces de iniciarnos como maestros en nuestra propia vida.

Bibliografía

Golding, W. (1975). El Señor de las Moscas. Alianza Editorial.

Moore, R. L. (1991). King, Warrior, Magician, Lover . Harper One.

People: 3 ways of letting go of difficult thoughts

As any human being, you know how hard it is to deal with the mental and emotional clutter you carry around, and also the big relief when you finally let go of what’s been haunting you. As a meditator, I continually search for simple and effective ways to access wellbeing, I have found two relevant articles showing the importance of having the healthy habit of letting go of difficult emotions.

The first article, titled “Free yourself from the story of you” by Pema Chödrön, focuses on how our perception of ourselves is what makes difficult emotions hard to let go. The Buddhist teacher tells us that in order to change this mental habits we should “get curious” about ourselves, to delve in exploration so we can understand our inner narratives. Chödrön offers a simple technique of interrupting our thoughts so we don’t engage in the negative and develop the art of letting go.

https://unsplash.com/photos/bZQJLStVYWs

The second article, written by Bhante Henepola Gunaratana, titled “Desire and Craving” gifts us with a wider perspective from the first text. The author exposes how desire is the root cause of clinging, because we loose the sense of being calm in the present moment. So the mind creates difficult emotions by the clinging view and a way to cut through is to be mindful, coming back to the present moment were we can experience true joy, free from desire.

From these two articles and my own experience as a meditator, I have listed three actions that I would recommend people who want to overcome difficult emotions and let go of them:

  • Be Mindful – get of your mind and just arrive at the present moment using your senses; focus all your attention on what you’re doing.
  • Interrupt your Thoughts – every time a difficult emotion arises cut it off and be here now.
  • Wide Perspective  – get through the story of yourself and open up to new ways of being.

After reading this blog, open the window enjoy fresh air, be in the present moment were all possibilities are available.

My name is Salvador González and I’m a meditation teacher currently based in Guadalajara, México. You can follow me @salvagr14 on my different social media profiles!

No somos casualidad

Tengo la profunda convicción en que nada es aleatorio, ningún encuentro es casualidad, aunque en ocasiones optemos por verlo así.

Somos rompecabezas que se complementan con las piezas de otras personas, no venimos a este mundo a estar aislados, separados de quien tenemos enfrente, más bien nos nutrimos, nos compartimos, hacemos de esta tierra un campo fértil para jugar como niños, que disfrutan de una complicidad sin límites, no hace falta decir palabras o buscar infructuosamente racionalizar la situación, más bien nos impulsa el deseo a explorar desde la inocencia el vínculo que nos conecta.

No necesito deletrear nombres o describir personas para que sepas quién eres, es tan sencillo como mencionar que nos hemos visto, más allá de mirarnos a los ojos, nuestras almas se han cruzado.

La chispa está encendida y de ella ha nacido un fuego que dependerá de nosotros  extinguirlo u elevarlo a una hoguera, en la playa con el mar de fondo, observando la Vía Láctea, riendo de la eternidad que se esconde debajo de un segundo.

Es sencillo ¡Baila! ¡Sacúdete! deja caer de tu cuerpo el peso de la racionalidad, que los cuadrados mentales pierdan sus ángulos y se conviertan en círculos, ciclos, que se unen como burbujas en una simbiosis mágica, sin principio ni fin, una amalgama libre que crece conforme más pasión le es inyectada.

Pensar, discernir, evaluar y analizar son recursos vanos en este viaje que emprendemos con la intención de volar, para soltarnos de las anclas que nos mantienen pesados, a raz del suelo, con la mirada fija en los sospechosos usuales, inmersos en la monotonía mundana, formando parte de una fría y deshumanizada cuadricula.

Desarticula las ideas que se reproducen como un disco rayado en tu cabeza, aquellas que se trasladan por todo tu ser, como un veneno que se expande imitando al cáncer, nublando tu esencia. Desvaneciendo tu verdadera identidad.

Tú eres, yo soy. Nosotros somos.

¿Qué eres?              ¿Qué soy?

¿Qué somos?

 

¿Acaso importa? ¿Por qué necesitamos definir la vida?

 

Regresemos al lenguaje primordial del ser humano, carente de palabras e ideas, puro como la existencia, energía que crea y da sentido a todo sin necesidad de ser estructurada: el amor.

Lo acepto fui yo

—¿Por qué me miras tan profundamente? ¿Qué esperas encontrar en mis ojos?

— Tu secreto más íntimo.

— Entonces voy a cerrarlos para que no puedas ver nada.

— No importa que los cierres, tú y yo ya hemos conectado, aunque exista un mundo de distancia entre nosotros, nuestras almas siempre estarán juntas.

LO SEGURO

Un análisis consciente es la mejor solución ante cualquier problema, es tan fácil hacernos los tontos frente al espejo pretendiendo que estamos viendo el panorama completo, cuando en realidad vemos todo menos aquello que realmente importa. Mantenemos escondido ese punto ciego que contiene el antídoto.

¿Por qué lo hacemos?

Es “más fácil” echarle la culpa a los demás, que tomar responsabilidad de nuestros actos.

EL MUNDO ES NUESTRO ESPEJO

En repetidas ocasiones he escrito sobre como el exterior es un reflejo de lo interno, pero aunque tanto lo haya mencionado yo sigo cayendo en la trampa de maya, la ilusión mundana, he tenido una semana repleta de sorpresas emocionales.

Se me han presentado situaciones, exámenes de la vida, en que se me pone a prueba y he pasado de panzaso… Porque a pesar de poder pilotear el barco a través de la tormenta, no logré identificar la raíz de la misma.

Mi respuesta ante todo fue una vez más echar la culpa al exterior, en vez de comprender la manera en que yo lo había creado. Hasta ahora lo puedo entender y veo como el victimismo es un veneno audaz que nos hace creer que nos ayuda, cuando en realidad solo nos intoxica más.

LO ACEPTO FUI YO

Ha llegado la hora del juicio, estoy sentado en la silla del acusado, a mi alrededor en escalones más altos se encuentran otros “yo”, ataviados con togas negras y pelucas de terciopelo. El juez, idéntico a todos los demás levanta su mazo de madera y lo golpea contra la mesa.

—¿Cómo se declara el acusado?—Pregunta con cierta picardía.

¿Qué debería contestar? Sé que puedo improvisar para salvar mi pellejo con una mentira muy creíble, pero eso solo postergaría lo inevitable, mi sentencia.

—Culpable su señoría—Contesto con vehemencia, ¿Qué irónico decirle a mi otro “yo”, su señoría, no crees?

Se escuchan murmullos de sorpresa alrededor de la sala, el juez sonríe con satisfacción, con unos golpes del mazo hace callar al jurado.

—Señor Salvador, no se va a librar tan fácilmente díganos ¿De qué se declara culpable?

Murmullos de sorpresa. Carajo, no me va a dejar escapar tan fácilmente, siento una rigidez tremenda desde la nuca hasta los hombros, mi frente escurre sudor, el palpitar de mi corazón aumenta. Estoy perdiendo los estribos.

—Me rindo su señoría, no tengo razón para seguir mintiendo, me declaro culpable por haber creado una compleja red de desamor alrededor de mí, la cual utilicé para mi propio “bienestar personal” en una búsqueda por negar mi propio amor al querer conseguirlo de los demás.

Al terminar la última frase me descubro sollozando como un niño pequeño tomado de sus rodillas en una esquina de mi cuarto.

Abro los ojos y experimento una dulce vibración recorriendo todo mi cuerpo, la tensión y la angustia desaparecen, me siento tranquilo y lleno de gozo.

Soy libre.

PA’ CERRAR

Es normal, más no correcto, utilizar las situaciones externas como justificación ante nuestra desdicha, pero solo es poner capas de hormigón a un problema personal que con el paso del tiempo se irá agudizando.

Creemos que es más fácil negar las cosas porque de este modo el golpe será más suave, cuando en realidad solo hacemos del juego más complejo y de las situaciones en que se presente más difíciles de sobrellevar.

Ríndete, es la única manera de liberarte.

Confía en el proceso hermanx, date la oportunidad de experimentar ese dolor que tanto te aterra y verás como la sanación llega a través del amor más grande..

 

Visualiza fortaleza

Nos encontramos una vez más querido espejo que a través de la verdad me has llevado a conocerme más. Eres un estanque lleno de peces, ante el que me pongo en cuclillas y observo mi reflejo, si lo hago por unos instantes solo podré ver el paso del tiempo sobre mi cuerpo, el cabello ondulado que sigue creciendo, un negro bigote que delata el paso de la infancia, las facciones más duras y marcadas.

Si guardo silencio y abro mi corazón a la observación consciente, los peces brincan con la esperanza de que los vea y reconozca, son una multitud, de distintos colores y tamaños. Fijo mi mirada en uno de ellos.

Es naranja con manchas blancas, o tal vez al revés, blanco con manchas naranja, se mueve con una destreza admirable, cada aleteo que da hace salpicar el agua que moja mi rostro. Una voz se comunica conmigo a través de la mente.

— Es momento de enfrentarlo.

Sin necesidad de recibir el mensaje completo lo entiendo, mi estómago se constriñe y siento la ansiedad pulular en mi interior. Cierro los ojos y derramo unas lágrimas, ¿Por qué me cuesta tanto desprenderme de aquello que me hace daño?

— Porque te brinda seguridad— contesta la voz sin voz.

Una falsa seguridad, es como si caminara sobre un piso de papel de china, rodeado por un espectacular de una playa preciosa con un atardecer despampanante, detrás de todo esto hay oscuridad, simplemente no es real, pero por alguna extraña razón es más fácil pretender no saber que enfrentar la oscuridad.

— Siente como se desmorona el miedo conforme acercas la linterna al sitio oscuro, se desvanece y en su lugar queda una estatua de lo real.

Solo quiero cerrar los ojos y dejar que pase, me recuerda a ese momento en que vas a que te saquen sangre en el hospital y evitas ver cuando penetra la aguja, pero a final de cuentas sientes el pinchazo y después que pasa te das cuenta que no estuvo tan mal.

¡Ah qué difícil está esto! ¿Qué no puedo avanzar y dejar mi miedo ahí guardado en un cajón?

— No, tienes que reconocerlo e integrarlo, será tan difícil como tu quieras que sea.

No quiero que sea difícil, me encantaría que fuera sencillo, okay, respiraré profundamente, me calmaré un poco y voy a imaginar una situación completamente distinta.

Me visualizo sentado en el pasto de un valle rodeado por montañas nevadas, frente a mi tengo una caja negra, esa caja es mi miedo, me inclino para tomarla entre mis manos, su tacto es frío y rasposo, de mi corazón hago salir una esfera de luz.

La dirijo con mi mente hasta la caja, la oscuridad comienza a recorrerse, la esfera entra en contacto con el objeto y absorbe toda la oscuridad que queda. Ahora la caja es de madera de encino, es antigua y muy bella. En su tapa se lee escrito con cursiva la palabra, “fortaleza”.

La abro y me encuentro con una luz color violeta, al tocarla se impregna hasta mis venas, recorre todo mi cuerpo, llenándolo de vigor, reparando las viejas heridas, brindándome seguridad.

Respiro profundamente el gozo que se me ha regalado y agradezco a la vida.

 

Creatividad camino de vida

La creatividad es un concepto tan utilizado que entender realmente lo que significa se ha vuelto imposible, creemos que se trata solamente de la expresión artística, como si fuera un regalo que se genera de forma espontánea y don de unos pocos.

Es una estupidez pensar con esa angostura sobre la creatividad.

Así como un deportista se entrena para aumentar su musculatura, habilidad y condición, una persona necesita ejercitar su creatividad para expandirla, utilizarla eficientemente y convertirla en un flujo constante, más que en chispazos espontáneos.

La creatividad cubre todas las áreas del actuar humano, deberíamos abogar por ser más creativos en cualquier cosa que realicemos, desde barrer la cocina hasta la expresión más profunda de nuestros ser.

Esto enriquecería nuestra experiencia de vida haciéndola más interesante, cada día es una aventura para conocernos más y hacer de las acciones cotidianas una sorpresa constante.

En San Cristóbal he transferido mi creatividad fuera de la escritura (que tengo un poco abandonada) a mi trabajo en Hierba Buena, una hermosa cafetería-galería de arte ubicada en el andador Real de Guadalupe. Cada día hago un esfuerzo consciente por mejorar mis habilidades como barista amateur, descubriendo nuevas maneras de hacer el café.

Experimento cambiando el tiempo, la cantidad, la fuerza aplicada. Fluyo en algo tan simple como hacer el agua fresca del día, que se ha convertido en una atracción para la gente de la ciudad que busca una bebida natural y refrescante y la encuentra manifestada en combinaciones inusuales, producto de la creatividad.

Bien podría cada día repetir las mismas acciones y mi trabajo sería muy bueno, pero eso haría de mi experiencia diaria extremadamente aburrida, en cambio me emociona salir de mi casa y abrir el local, porque me convierto en un alquimista de las bebidas, en un foco de luz para la gente que entra al local y en un estudiante del manejo de un lugar tan mágico como Hierba Buena.

Queridxs lectorxs, los invito a cambiar su rutina diaria con un acto tan simple y bello como tomar consciencia de sus actos, aventurarse a modificar un pequeño elemento de cada acción que realicen, que expresen su creatividad innata y observen la transformación que tendrá su vida.

Pies descalzos

Los rayos del sol entran por el ventanal, impactan contra las sábanas blancas de algodón de los amantes que siguen dormidos, un delgado rayo alcanza a chocar contra sus ojos, él despierta, se despabila y sale de la cama. Camina descalzo sobre el piso de madera.

Baja sigilosamente a la cocina, saca una bolsa de granos de café del estante, la abre y huele su contenido. Dulce fragancia que será triturada por el molino. Pone seis cucharadas del fino polvo en la prensa francesa, calienta una tetera con agua. Mientras continúa con su ritual.

De la canasta de paja toma mangos, naranjas, melón, piña y sandía. Con destreza las pela y corta en cuadros, sirve la fruta en un platón de barro. Del refrigerador saca tortillas de nixtamal; amarillas, moradas y blancas. Las pone sobre el comal. También saca huevos, champiñones, cebolla, jitomate y cilantro.

Pica finamente las verduras, pone mantequilla en la sartén, cuando se derrite agrega la cebolla, la mueve a ratos contemplando el cambio de color, después añade el jitomate, los  champiñones y un poco de cilantro. Cuando el guiso huele delicioso,  agrega los últimos ingredientes: huevos, pimienta y sal.

El resultado es estupendo. Sirve el agua caliente dentro de la prensa francesa, sube los alimentos y los deja fuera del cuarto, sobre una mesita que funciona como recibidor. Despreocupado regresa a la cama donde ella continúa durmiendo, su respiración es profunda, su cabello rizado esparcido sobre las sábanas blancas.

Acerca sus labios a su cuello y da un suave beso, casi imperceptible. Ella se estremece, voltea al lado contrario con la esperanza de salvar su sueño, pero eso ya no es posible, porque él continúa besando su cuello, sus parpados, sus mejillas y fulmina con sus labios.

Responde cariñosamente al beso, se abrazan, la acaricia. Sus pies desnudos se entrelazan. Una mirada silenciosa que transmite más que todas las palabras, el lenguaje del corazón.

Le pide que cierre los ojos.

Sale del cuarto y regresa con todo lo que ha preparado, ella abre los ojos y sorprendida por el acto, se desliza hasta él y lo abraza. Da un sorbo a la taza de barro que contiene café humeante y comparte un beso fragante con él.

Déjalo ser y observa porqué ocurre

Harold Budd – Avalon Sutra

“El fuego puede ser cálido cómo un abrazo, abrasivo si se está muy cerca de él y en descontrol es capaz de quemar” 

Check Up semanal.

Poseo una gran necesidad de control que tengo, deseo manipular cada cosa que me ocurre, finco mi felicidad en las expectativas que imagino sobre el “futuro”.  Cuando las cosas salen de manera distinta me da un corto circuito.

¿Por qué no simplemente dejar que sea lo que tenga que ser?

Uno de los fundamentos del Zen es la Simpleza del ser, esto quiere decir que se elimina el juicio mental y solo se percibe los fenómenos tal cual son.

Así se elimina el excesivo parloteo mental, emociones adversas y energía malgastada.

 

Temazcal 

El domingo asistí a un temazcal realizado por el Círculo de Masculinidad Sagrada del cual formo parte.  Fue una experiencia intensa para mí, porque hubo un punto en el que sentí que ya no podía aguantar más tiempo en el interior del sauna, me estaba derritiendo.

El vapor hizo un recorrido por todos mis chakras, empezando por los superiores. La sensación era parecida a cuando te hacen cosquillas pero ya no quieres. Una incomodidad tremenda de la cual no sabes como escapar. Al salir, experimenté una ligereza deliciosa, me costó trabajo aterrizar, como si fuera parte del viento.

Recogí de esta vivencia la enseñanza de dejar ser; vivir el dolor/sufrimiento en su máxima expresión porque es un proceso que nos brinda el regalo de la tranquilidad.

Dejar Ser

Cada semana integro algo distinto, en esta ocasión estoy re-aprendiendo la necesidad de ceder al control. Recibir cada día como venga, con su luz y su oscuridad, entregando lo mejor de mí para que los resultados sean favorables, pero también recibiendo lo negativo como una llamada de atención para corregir mis pasos.

Es un hecho que el universo funciona como espejo nuestro, todo es un fractal. Si el exterior manifiesta caos, sería bueno preguntarnos, ¿Qué nos quiere decir esta experiencia? y ¿Por qué la estamos creando?

Así podremos resolver problemas cíclicos, que creíamos existentes, pero que de alguna manera se vuelven a presentar cada cierto tiempo.

¿Por qué siempre me relaciono con personas con problemas depresivos?

¿Por qué aparecen personas con energía intimidante que buscan estar cerca de mí?

¿En qué está basada mi escasez financiera?

Hay que cuestionar lo que nos ocurre, soltar la necesidad de control y más bien observar que al apagar un fuego, no se va a extinguir el incendio.

Más bien necesitamos atacar la enfermedad de raíz en vez de solo calmar el síntoma.